Ōsōji y Prevención de Riesgos: cuando limpiar es también prevenir
En la tradición japonesa, el Ōsōji no es solo una limpieza de fin de año: es una práctica simbólica de renovación, orden y preparación para lo que viene. Desde una perspectiva corporativa, esta antigua costumbre guarda una poderosa analogía con la gestión preventiva en seguridad y salud en el trabajo (SST).
1. Limpiar el polvo... o identificar peligros invisibles
El Ōsōji implica llegar a los rincones olvidados: techos, esquinas, detrás de los muebles. Del mismo modo, la prevención de riesgos exige mirar donde otros no miran, identificar esos peligros latentes que, aunque no se ven, pueden desencadenar un accidente o enfermedad profesional.
Analogía preventiva: Revisar la maquinaria olvidada, los procedimientos desactualizados o los hábitos inseguros ocultos bajo la rutina.
2. Eliminar lo innecesario... o reducir el riesgo
Durante el Ōsōji se desechan objetos que ya no cumplen una función o que bloquean el espacio. En prevención, esto se traduce en suprimir actos y condiciones inseguras, materiales obsoletos, rutas de evacuación bloqueadas, señalética confusa o cultura reactiva.
Analogía preventiva: Despejar para prevenir. Menos desorden, menos riesgo.
3. Involucramiento colectivo... o cultura de seguridad
El Ōsōji no lo hace solo el jefe de familia; todos colaboran. En una organización preventiva ocurre igual: la seguridad no es tarea exclusiva del área de SST, sino un compromiso compartido. El trabajo en equipo es clave para mantener espacios laborales seguros y saludables.
Analogía preventiva: Si todos limpian, todos previenen. Participación activa, resultados sostenibles.
4. Renovar el ambiente... o renovar el compromiso
Así como el Ōsōji simboliza un nuevo comienzo, en prevención también es necesario renovar el compromiso preventivo cada año. Revisar el plan anual de trabajo, capacitar con propósito, actualizar evaluaciones de riesgos, y fortalecer el liderazgo preventivo.
Analogía preventiva: No basta con tener un SGSST, hay que mantenerlo vivo, limpio y funcional.
Reflexión final
El Ōsōji nos recuerda que la limpieza no es solo estética, es también funcional, emocional y estratégica. En prevención de riesgos, limpiar significa observar, corregir, renovar… y cuidar.
Si no limpiamos los riesgos, el polvo se convierte en accidente.
Porque una empresa limpia no es solo la que brilla por fuera, sino la que protege desde adentro.